(Esta columna fue publicada en El País Semanal bajo el título "Soldados sin Riesgo" el 27 de Diciembre de 2015. Lo que sigue es un resumen de la misma con fines didácticos. Es recomendable leer la original antes de leer esta.)
El tema este del DAESH y el terrorismo es realmente complejo y no tengo ni pajolera idea al respecto, la verdad. He intentado leer a expertos en el tema para escribir un refrito pero no me he enterado bien, así que no voy a opinar. Bueno, pensándolo bien sí que voy a opinar: al fin y al cabo no tener ni idea no me ha detenido antes y me pagan por llenar la página esta. ¿De qué voy a comer, si no? ¿De vender libros? Claro, intenta llegar tú a fin de mes escribiendo un libro sobre un tío tuyo que era director de cine en los años 80 o sobre aquella vez que diste clase en la universidad.
A ver, qué diría Arturo... Hum... Lo que hay que hacer es mandar al ejército a acabar con los genocidas esos, pardiez. Insisto, la situación es muy compleja y yo no me atrevería a decir qué hay que hacer. Pero vamos, que es ellos o nosotros. PUM, PUM. O los matamos a todos o se acaba la civilización occidental tal y como la conocemos. Punto pelota.
¿Oísteis al Pablo Iglesias ese quejarse de que morirían tropas españolas si nos metemos en ese fregao? Menudo hippie. Para eso está el ejército, para morir en países lejanos por razones que nadie tiene demasiado claras. Pero yo le tengo muchísimo respeto al ejército, ojo. Y a la policía. Deberían cobrar más, la verdad.
Esto último lo digo para que no haya malentendidos y me lleguen un montón de cartas de soldados enfurecidos. Una vez me llegó una caja con una caca dentro, algo de un gusto pésimo, porque este país está lleno de gente zafia y maleducada. ¡Y para zafio el cretino ese de Pablo Iglesias, que no tendría mano dura con esos moros de mierda! (Esto último no es racista, "moro" quiere decir "Natural del África septentrional frontera a España". Buscadlo en el diccionario si no me creéis, os juro que no lo he escrito yo aunque tenga silla en la RAE jaja). Podemos mal, ¿verdad? Menudos rojos. Qué mal.
