españa en picado

(Esta columna fue publicada en El País Semanal bajo el título "Mandato y arrepentimiento" el 10 de Enero de 2016. Lo que sigue es un resumen de la misma con fines didácticos. Es recomendable leer la original antes de leer esta.)

Puede que haya quien piense que hacer un análisis post-electoral que será leído dos semanas después, tras posibles pactos y cambios en el panorama político nacional, es completamente absurdo. Pero a la hora de dar mi opinión a mí las circunstancias nunca me han detenido. Ya sean el darla a destiempo o el no tener nada que aportar al tema. Minucias.

Menudo fiasco, ¿verdad? Algunos ingenuos e indecisos pensábamos que iba a haber algún cambio en estas elecciones. Algo como la irrupción enérgica de nuevas fuerzas políticas que pudieran gobernar o incluso influir en la formación de gobierno. Supongo (es posible, vaya) que haya algún cínico que me diga "Pero Marías, eso es exactamente lo que ha pasado". Claro, se puede retorcer la realidad así haciendo uso de las "matemáticas" y la "estadística", y otras herramientas que utilizan los perdedores para azucarar su derrota a sus votantes.

Pero lo que yo he visto es una actitud asquerosa y chantajista en algunos de los perdedores, inagurada por los catalanes y continuada por ese inviduo abyecto que es Pablo Iglesias. Bueno, los otros también. Que no quiero que nadie me acuse de ser parcial. Pero es que le cogía al Iglesias ese de la coleta y es que le... perdón, que me desvío del tema. Lo que quería decir es que no hay nada más antidemocrático en un sistema parlamentario que utilizar el número de escaños como palanca para formar gobierno y realizar pactos, como está haciendo la CUP con Mas y sus compinches, que se han bajado los pantalones. ¡Pero si han perdido! Nuestro sistema electoral está diseñado para la obtención de mayorías absolutas con un tercio de los votos. Ir contra eso, como hacen la CUP o el Iglesias, es ir contra el espíritu mismo de la Democracia Española.

La gente en realidad vota con la nariz tapada, a lo menos malo y estando de acuerdo solo parcialmente con los políticos a los que eligen. Algunos partidos (la CUP y Podemos: en el fondo, la misma cosa) intentan cambiar esto declarándose "asambleístas" y queriendo consultar al pueblo mediante referéndums. Menuda desfachatez. Que no os engañen: gobernar consiste en tomar decisiones de espaldas al pueblo, muchas veces impopulares. ¿Qué pasa, que si el pueblo vota que nos tiramos por un barranco nos tenemos que tirar todos?

Estoy seguro de que esto de hacer referéndums en realidad es menos democrático y más dictatorial que el tomar decisiones de forma arbitraria. Sí, ya sé que parece que es al revés y la "lógica" parece decir lo contrario, pero hacedme caso. Igual lo desarrollo más en otro artículo o algo. No sé.